Los lentes de contacto fueron creados para facilitar a las personas el uso de anteojos, ya sea por comodidad, o por estética. El objetivo de estos es mantener siempre la salud ocular de quienes los utilizan, por lo que, para su buen funcionamiento se tiene que llevar un proceso de higiene bastante estricto, para así evitar los riesgos de cualquier afección adicional por no emplearlos adecuadamente. Por esta razón, cuando se trata de lentes de contacto blandos, la hidratación constante de los mismos es prioridad. Se recomienda hacerlo con gotas lubricantes como Prolub Ofteno®️, para dar una mayor comodidad al paciente. En el siguiente artículo, enlistamos cuatro defectos oculares que pueden ser corregidos al emplearlos:
Miopía.
Cuando los objetos cercanos pueden apreciarse con claridad y los lejanos muy borrosos, estamos hablando de miopía. Esto se debe a la incorrecta refracción de los rayos luminosos, lo cual hace que se enfoquen las imágenes justamente frente a la retina y no de la forma correcta que normalmente es sobre ella. Algunos de los síntomas más comunes de este padecimiento son: entrecerrar los ojos para enfocar las imágenes y la fatiga causada por la dificultad y esfuerzo al tratar de enfocar los objetos. Esto puede traer consigo a la cefalea, el parpadeo excesivo y la frotación constante, por ese motivo; se aconseja verificar cuál es el grado de afección en cada ojo y así el profesional podrá indicar el tratamiento adecuado, siendo esta patología la más afortunada al momento de adaptar los lentes de contacto, gracias a su curvatura ideal adaptable a cada tipo de globo ocular, lo cual crea la imagen nítida que el paciente necesita, aunque, esto depende del grado de miopía, por lo que, los diferentes tipos de lentes de contacto que se podrían utilizar, dependiendo del caso, son: blandos, rígidos o híbridos.
Hipermetropía
Cuando los objetos cercanos pueden apreciarse con claridad y los lejanos muy borrosos, estamos hablando de miopía. Esto se debe a la incorrecta refracción de los rayos luminosos, lo cual hace que se enfoquen las imágenes justamente frente a la retina y no de la forma correcta que normalmente es sobre ella. Algunos de los síntomas más comunes de este padecimiento son: entrecerrar los ojos para enfocar las imágenes y la fatiga causada por la dificultad y esfuerzo al tratar de enfocar los objetos. Esto puede traer consigo a la cefalea, el parpadeo excesivo y la frotación constante, por ese motivo; se aconseja verificar cuál es el grado de afección en cada ojo y así el profesional podrá indicar el tratamiento adecuado, siendo esta patología la más afortunada al momento de adaptar los lentes de contacto, gracias a su curvatura ideal adaptable a cada tipo de globo ocular, lo cual crea la imagen nítida que el paciente necesita, aunque, esto depende del grado de miopía, por lo que, los diferentes tipos de lentes de contacto que se podrían utilizar, dependiendo del caso, son: blandos, rígidos o híbridos.
Astigmatismo
Este padecimiento se produce cuando la luz se enfoca detrás de la retina, lo cual sucede debido a un tamaño pequeño del globo ocular o a una mayor curvatura de la córnea, imposibilitando la visibilidad de los objetos cercanos y, además, creando un defecto luminoso que no permite enfocar adecuadamente. Los pacientes con hipermetropía pueden hacer un sobreesfuerzo para compensar su déficit visual, y de esta forma mejorar su visión momentáneamente. Esto puede llevarlos a padecer dolores de cabeza, cansancio visual o sentir que en ciertas situaciones de estrés disminuye su vista. Sin embargo, conforme van creciendo muchos pacientes van perdiendo esa capacidad para compensar su visión, y pueden ir necesitando cada vez un lente de mayor graduación. Lo bueno es que existen muchas formas para solucionar este problema como el uso de lentes de armazón, o de lentes de contacto.
Astigmatismo
Cuando el enfoque de las imágenes se produce en diferentes planos, debido a que la curvatura del ojo es irregular, tenemos un caso típico de astigmatismo. El astigmatismo es un padecimiento que, al igual que la miopía e hipermetropía, puede causar visión borrosa en los pacientes. Aunque antes era difícil poder corregir el astigmatismo con lentes de contacto, lo que hacía que algunos pacientes no fueran candidatos, el avance de la tecnología a posibilitado la creación de lentes de contacto tóricos que pueden ayudar a los pacientes con astigmatismo a mejorar su visión.
Presbicia
Ya en la edad adulta, entre los 40 y 45 años, se va perdiendo la naturalidad de enfocar correctamente los objetos y mientras la edad sigue avanzando, esto empeora, debido a que el cristalino se vuelve más rígido y en estos casos las diferentes distancias son difíciles de enfocar. Este trastorno, una vez se presenta en los pacientes, tiende a ser progresivo, ya que el proceso de envejecimiento del cristalino hace que la rigidez sea cada vez mayor, y solo llega a estabilizarse hasta aproximadamente los 65 años. Esto hace que los pacientes al iniciar la presbicia puedan requerir lentes para visión cercana con mayor graduación conforme pasan los años. Lo bueno es que ya existen lentes de contacto multifocales que permiten al paciente con presbicia corregir su problema refractivo.
Debemos tener siempre en cuenta que los ojos son unos de los órganos más importantes del cuerpo, pero también unos de los más complejos y delicados, por lo que, existen muchos tipos de afecciones y errores de los que se puede padecer. Sin embargo, los lentes de contacto han resultado ser una solución para muchos de estos problemas oculares. Vale la pena tener el hábito de acudir al oftalmólogo de manera periódica, con el fin de hacer estudios que determinen el estado de la salud visual y, en caso de tener algún padecimiento, lograr detectarlo y tratarlo a tiempo para reducir el riesgo y molestias que este pueda ocasionar.